Alicia nota, además, sudadera barça que la Duquesa era «feísima». Alicia sugiere que, para aclarar la confusión, habría que preguntarle a la Duquesa que, al fin y al cabo, era la dueña del gato. La reina ordena entonces que se libere a la Duquesa de la cárcel. Después de cinco años de enfermedad y comportamiento disfuncional, Francesc Vidal reapareció con un nuevo taller en la Casa Fuster, con capacidad para cien trabajadores.