En las últimas décadas también proliferaron los movimientos alternativos, la moda de las llamadas tribus urbanas, que buscaban diferenciarse del resto de la población sobre la base de unos gustos comunes en música, ropa y elementos estéticos alternativos. En el Londres de los 1960 se popularizaron las boutiques para la venta de ropa, hasta entonces centralizada especialmente en los grandes almacenes, enfocadas sobre todo a un público juvenil. Sobre la base de la costura entendida como un producto comercial, en este país surgió el concepto de ready to wear («listo para usar»), un antecedente del prêt-à-porter.