Uno de los aspectos más controvertidos del esfuerzo militar de Estados Unidos en el sudeste asiático fue el empleo generalizado de productos químicos defoliantes entre 1961 y 1971. Utilizados para defoliar grandes extensiones de campo y así evitar que el Viet Cong fuera capaz de ocultar sus armas y campamentos bajo el follaje, estos productos químicos acabarían cambiando el paisaje, causando enfermedades, defectos en bebés de padres expuestos y el envenenamiento de la cadena alimentaria.