Como en Grecia, en Roma las prendas se confeccionaban de paño tejido, lo que requería mucha mano de obra, por lo que dichas prendas se consideraban demasiado valiosas para recortarlas o entallarlas: por ello, se llevaban superpuestas al cuerpo, bien doblándolas o bien plegándolas, frunciéndolas o, en menor medida, sudadera barcelona cosiéndolas alrededor del cuerpo. Montana empleó con profusión el cuero y puso de moda las hombreras anchas, así como el uso de charreteras, cadenas, hebillas, tachuelas y cremalleras de inspiración sadomasoquista.