El primero destacó por vestir a las mujeres más elegantes del mundo, una fama que se inició con el vestido de novia que diseñó para Jacqueline Kennedy en su boda con Aristóteles Onassis (1968). Armani basó su carrera en el lema «poner la moda al servicio del público y no el público al servicio de la moda». Los artículos más comercializados son artículos que podrían emplearse contra artículos afines, que se adquieren y registran por geniales desenlaces.