Entre los siglos x y xi se fusionaron las tradiciones bizantina y germánica: los hombres llevaban camisa o bata corta, otra más larga y ceñida y chaqueta con faldón plisado, abrochada con cinturón; encima se colocaba una piel o un jubón de cuero y llevaban pantalones, cintas o vendas para las piernas, así como sandalias o zapatos. En el siglo XI, mientras que los campesinos seguían usando pantalones, los hombres de clases altas empezaron a usar calzas, ceñidas a las piernas con ligas, elaboradas en escarlata o grana, sudadera entrenamiento barça un tipo de lana fina de color rojo.