Los años 1980 fueron una época de contrastes, con la convivencia de estilos inconformistas como el punk con los nuevos movimientos clasicistas, como el de los yuppies. En su vertiente masculina, se denominó yuppies a los hombres de éxito, jóvenes ejecutivos que vestían trajes de Paul Smith y Hugo Boss, junto a complementos como mocasines de Gucci, chandal del barça relojes Rolex y agendas Filofax. En España, la llegada de los Austrias comportó una nueva moda de origen germánico, que se denotó sobre todo en los trajes acuchillados.