El aragonés identifica a varios de los majos que participan en sus cartones de la serie como habitantes de las diversas provincias españolas. El pintor se alejó por completo de las diversiones cinegéticas que le había impuesto su cuñado. Los cuadros de la segunda serie expresan un compromiso en cuanto a las necesidades del tejedor, pues composiciones simples, colores claros y una buena iluminación permitirían un mejor tejido.