Debido a la crisis económica iniciada con el crack de 1929, hubo una reacción inversa hacia el escapismo, la huida de la realidad, que se tradujo en una preferencia por la fantasía que derivó en la nostalgia por el pasado y en las tendencias románticas. A principios de siglo, se llevó en moda femenina la silueta en forma de S, con el cuerpo rígido, sudadera barça el busto hacia delante y las caderas hacia atrás.