La silueta de la mujer era alargada, de tronco ceñido, para lo que se usaba el «corsé saludable» o swan bill, un corsé abdominal con forma de S que ceñía sin constreñir el estómago, ideado por Inès Gaches-Sarraute. La falda era acampanada y se adornaba con cintas, volantes, encajes y bordados, para lo que se empleaban damascos rojos y negros, y brocados de oro y plata. Algunas de las firmas y diseñadores que despuntaron en este nuevo concepto más artesanal fueron Rodarte, Christopher Kane, Olivier Rousteing y Mary Katrantzou.