La canción se posicionó en las tendencias de España durante más de una semana. Los años 1960 vieron el auge del prêt-à-porter, la introducción de las fibras artificiales y un mayor afán por dirigirse cada vez más a un público más joven, así como una inspiración cada vez mayor en el arte de vanguardia. Este tipo de vestido se asoció con la elegancia y la sofisticación, y se convirtió en el arquetípico de las fiestas de graduación de las adolescentes estadounidenses, así como uno de los favoritos para vestidos nupciales.