En las últimas décadas también proliferaron los movimientos alternativos, la moda de las llamadas tribus urbanas, que buscaban diferenciarse del resto de la población sobre la base de unos gustos comunes en música, ropa y elementos estéticos alternativos. Comprende tanto ropa como accesorios (sombreros, guantes, cinturones, calzado, pañuelos, bolsos, carteras), así como diversos objetos como joyas, relojes, abanicos, sombrillas, bastones, gafas o, históricamente, armas; asimismo, suele abarcar campos como la peluquería, la perfumería y la cosmética e, incluso, artes corporales como el tatuaje y el piercing.








Un ejemplo producido en las décadas de transición con el siglo XX fue la llamada «chica Gibson» (Gibson girl), llamada así por la serie de ilustraciones que realizó Charles Dana Gibson para la revista Life, que representaba a una mujer joven, moderna, independiente, segura, de gustos sencillos, pero que no renuncia a su femineidad; una mujer activa, que practica deportes y actividades al aire libre, como ciclismo, equitación, tenis, croquet y natación, para lo que necesita una vestimenta práctica y cómoda.





